Este blog es una iniciativa de la agencia de noticias IPS y de su corresponsal en Bogotá, Constanza Vieira.

¿Verdugo y juez?

01 de abril de 2008

La Fiscalía General de la Nación, de Colombia, quiere interrogar a la estudiante mexicana Lucía Andrea Morett Álvarez, sobreviviente del ataque a Raúl Reyes y quien se recupera en el Hospital Militar de Quito. Se me pasa por la cabeza que alguien debería interrogar también al fiscal colombiano que acompañó a la fuerza pública de este país al lugar de la matanza, en territorio ecuatoriano.

Reproduzco mensaje recibido hoy, suscrito por Morett.

Relata que el grupo de la UNAM, integrado por “jóvenes que desde las vías pacíficas y legales queremos un cambio en la sociedad”, llegó al campamento “unas pocas horas antes de la barbarie”, al cual fue invitado para conocer las propuestas de paz de las FARC. Que los heridos fueron rematados por la espalda.

“Nosotros no cometimos ningún delito, ingresamos y transitamos legalmente en el Ecuador, participamos de actividades públicas y, en cambio arteramente se nos acribilló. Tan abrumadores son los hechos que el Fiscal General de esta nación me ha dicho que no hay nada en mi contra, que fui víctima y me deseaba una pronta recuperación”, expresa Morett.

Compañeras y compañeros:

Reciban un saludo sincero, bolivariano, desde una cama del Hospital Militar en Quito, Ecuador, en donde me recupero de las múltiples lesiones que sufrí a consecuencia del criminal bombardeo lanzado por el ejército colombiano a tierras del Ecuador el pasado 1 de marzo y por el cual murieron cuatro de mis mejores amigos. Me duelen muchas cosas, entre otras, que el gobierno mexicano intente con su silencio revertir la responsabilidad que, ante el mundo y la historia, tienen los autores de la masacre, para desviar la atención preguntándose qué estábamos haciendo allí, cuando además se sabe que llegamos al campamento unas pocas horas antes de la barbarie y lo hicimos en nuestra condición de civiles y estudiosos universitarios sin imaginar que íbamos a ser víctimas de una de las peores infamias cometida recientemente en América Latina, justo en un lugar al que se nos invitó para conocer las propuestas de paz.

Me duele que en un mundo lleno de comunicación, los medios y su poder tergiversen la realidad con absurdas y dolosas mentiras, y que con ellas busquen lastimar la dignidad de jóvenes que desde las vías pacíficas y legales queremos un cambio en la sociedad. Vean lo que les digo, ahora nos salen con la abominable pretensión, eso sí ampliamente difundida, «de que las autoridades colombianas nos van a interrogar».

En qué cabeza cabe pensar que nuestro verdugo sea al mismo tiempo el juez de estos hechos y que sean además los asesinos quienes sentencien a las víctimas. Cabe destacar que existe ya un culpable confeso, a Álvaro Uribe se le debe investigar y castigar y lo mismo debe hacerse con otros autores materiales e intelectuales, a todos aquellos que nos lanzaron bombas igualitas a las que arrojaron en guerra contra Irak, para después atacar por la espalda a los heridos.

Nosotros no cometimos ningún delito, ingresamos y transitamos legalmente en el Ecuador, participamos de actividades públicas y, en cambio arteramente se nos acribilló. Tan abrumadores son los hechos que el Fiscal General de esta nación me ha dicho que no hay nada en mi contra, que fui víctima y me deseaba una pronta recuperación.

Quiero decirles desde este hermoso pueblo ecuatoriano que me ha abierto sus brazos y su solidaridad, que sé que allá en México el coraje y la dignidad también están encontrando su lugar y que son muchos los actos y las formas mediante las que se exige que este crimen de Estado no quede impune.

Gracias por estar con nosotros, con Juan, con Fernando, con Verónica, con Soren. Tengo la confianza que no estoy sola, que la gente de mi pueblo sabrá luchar y hacer justicia; que en la UNAM nuestras autoridades han condenado los crímenes y han estado a la altura de los acontecimientos para defender el derecho a pensar y actuar críticamente.

Estoy segura que muy pronto mis compañeros tendrán una lápida digna, que su muerte no será en vano ya que su semilla cayó en suelo fértil por lo que junto a ellos nacerán flores y frutos hermosos. Su voz que pretendieron apagar de una manera muy ruin se multiplicará en el grito de muchos millones por todo el planeta.

Me despido desde esta mitad del mundo fracturada por ese bombardeo cobarde. Sigo confiada en que esa América, esa Patria Grande por la que lucharon y soñaron Bolívar y Martí, muy pronto llegará. Nuestras naciones después de un largo eclipse florecerán. No hay imperio que viva eternamente.

Fraternalmente. Lucía Andrea Morett Álvarez.

Quito, Ecuador a 25 de marzo de 2008.

Escrito en : Acuerdo humanitario,El fin justifica los medios,Fronteras,Justicia,La guerra y la paz

  • Estefania

    Los ecuatorianos somos un pueblo pacífico. A veces por evitar guerras, problemas, para que nos se derrame sangre de inocentes hemos cedido y aguantado.

    Pasó con Perú cuando firmamos la paz a costa de perder un vasto territorio y deshonrar la vida de muchos militares muertos en las fronteras por tantos años. Ahora quizá esta pasando con Colombia.

    Desde hace muchos años venimos acogiendo a cientos de miles de colombianos en nuestra tierra, les permitimos trabajar, formar sus hogares, traer a sus familias, vivir en paz. A cambio, colombia no solo ha exportado su gente amable y trabajadora, sino tambien figuras como sicarios que aqui ante no existian. Prolifera tambien el lavado de dinero, y este se ha convertido en un pais de transito de droga. A raiz del ataque del ejercito colombiano a mi pais, a muchos ya ni les interesa que el ataque fue dirigido a las farc. Esa paciencia y tolerancia se va desgastando hasta el punto de que el pueblo apoye una posicion enérgica y hostil de nuestro gobierno contra el gobierno de colombia, sea cual fuere sus razones.

    Asi van las cosas.


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Nada de lo colombiano ha sido ajeno en el trabajo de Constanza Vieira para la agencia de noticias IPS. Desde las cuatro décadas de guerra civil y la acción de sus múltiples bandos armados (guerrillas, ejército, paramilitares, narcos), pasando por el acuerdo humanitario que libere a rehenes y prisioneros, el drama de los desplazados y las comunidades indígenas, el ambiente, el proceso político legal, la relación con países vecinos, la cultura. Todo eso, y más, está presente en el blog personal de esta periodista que también trabajó para Deutschlandfunk, Deutsche Welle, Water Report del Financial Times, National Public Radio y la revista colombiana
Semana, entre otros medios.