Este blog es una iniciativa de la agencia de noticias IPS y de su corresponsal en Bogotá, Constanza Vieira.

El odio de Uribe

02 de abril de 2008

Con su odio obsesivo a las FARC, el presidente Álvaro Uribe “es quien más importancia les ha concedido y quien mayor protagonismo les ha dado en toda la historia de Colombia”, registra con asombro el escritor colombiano William Ospina en una carta circulada en la RedCaribe de Periodistas. Extractos.

“Ningún gobernante colombiano como Uribe se ha propuesto de un modo más decidido y persistente la aniquilación de la guerrilla, y sobre todo su reducción a lo irrisorio. Uribe ha querido demostrar que no son ningún ejército insurgente sino una pequeña y despreciable banda de delincuentes sin el menor contenido político.

“Lo más asombroso para quien contemple hoy el panorama, es descubrir que ese hombre que se proponía ningunear a ese ejército insurgente, a esa guerrilla que ha cometido tantos crímenes y que tiene tan pocas propuestas para la sociedad, en realidad es quien más importancia les ha concedido y quien mayor protagonismo les ha dado en toda la historia de Colombia.

“Borges decía que nadie sabe quién es, que nadie sabe cuál es el papel que ha venido a jugar en el mundo. Saulo de Tarso, el perseguidor de cristianos, se creía su principal enemigo, y en realidad fue el fundador del cristianismo. Es es decir, sólo se odia tanto algo, si se le concede la mayor importancia. Sólo se dedica la vida entera a destruir a un enemigo si se piensa que no hay en el mundo nada más importante que él. Por eso decía Kafka: ‘De tu verdadero enemigo te llega una energía incontenible’.

“Creo que Uribe, paradójicamente, pasará a la historia como el hombre que convirtió a las FARC en un ejército revolucionario de dimensión latinoamericana. Si uno quisiera acabar con las FARC, que es lo que habría que hacer, negociaría con ellas, haría la reforma agraria que la sociedad colombiana requiere, salvaría a las instituciones colombianas, mejorándolas un poco, y la guerrilla local se diluiría en el mar de la sociedad como ocurrió con el M-19 y otras fuerzas.

“Pero no, Uribe las odia, Uribe sólo acepta aniquilarlas, y considera como una vergonzosa concesión dialogar y negociar con ellas. Por ello se lanza a combatirlas a toda costa, de cualquier modo, y sin atenuantes. El resultado: ha internacionalizado la lucha de esa guerrilla. Con tal de matar a uno de sus jefes ha producido la mayor crisis de Latinoamérica en los últimos tiempos, ha llevado a Colombia por primera vez en su historia a romper relaciones simultáneamente con tres países, y parece empeñado en llevar ante la Corte Internacional un caso que no parece probable que produzca para él resultados benéficos.

“Es más: hasta hace un par de semanas la guerrilla era un fenómeno local, reducido a unos diez mil militantes. El gobierno en la ceguera de su odio está empeñado en demostrar que Chávez y Correa están aliados con ella, y no advierte que lo único que logra es ampliar la militancia de las FARC con cinco millones de chavistas y tres millones de correístas. Nadie había hecho tanto por esa guerrilla, que a mí, personalmente, me parece violadora de los derechos humanos, y sin proyecto válido para un país como Colombia en los tiempos que corren.

“Algo más: Uribe se proponía demostrar que no son una fuerza política, que no son beligerantes, pero en su ceguera insiste en afirmar que Chávez no sólo está aliado con ella sino que es, casi, su jefe. ¿A qué más beligerancia podía aspirar la guerrilla que a tener entre sus miembros o sus simpatizantes a los presidentes de dos naciones y a sus electorados?

“Si Chávez es partidario de las FARC, o como dicen los uribistas, su jefe, entonces ya las FARC tienen un carácter político indudable. Es más, tienen ya status de gobernantes en varios países. El odio ha logrado lo que nunca lograría la simpatía. O, dicho de otro modo, el que las odia les da mucho más que el que habría querido ayudarlas.

“Ahora las guerrillas son protagonistas harto visibles de la historia sudamericana, el gobierno ha recibido el rechazo y podría recibir la condena de muchos países, y nadie podría predecir para dónde van las cosas.”

Escrito en : Acuerdo humanitario,El poder,Fronteras,La guerra y la paz

  • Jules de Rais

    Pero luego las guerrillas no han sido desde hace tiempo no solo protagonistas de la historia latino-americana sino de la historia universal? El análisis que translucen este fragmento es claro y seguramente cierto – Pero no puedo no preguntarme si no hay una brecha de conformismo, acaso un exceso de romana tranquilidad en un entorno intelectual, que descolla tras casi todos los intelectuales colombianos, con una historia cargada de luchas guerrilleras legitimas. Estoy de acuerdo que el clima político imperante en Colombia hace difícil que replanteemos preguntas clásicas en la historia de la izquierda. Sin embargo el proceder, y la oscura historia, del Estado Colombiano parece estar volviendo a legitimar la lucha armada – lo que debería invitar a los intelectuales a análisis críticos, sin duda más peligrosos, acerca del origen de esta legitimidad. Qué hay de la pasividad de la sociedad civil que legitima el gobierno? En qué se diferencia de otro tipo de pasividad – en el sentido en que no participa en algún tipo de activismo – que en el repudio silencioso del terrorismo de Estado abre de nuevo el espacio de una legitimidad posible de la lucha armada insurgente?
    Mis preguntas no son del todo claras aunque corresponde con ello a una falta de claridad intrínseca a la perspectiva a la que se refieren y que en parte comparto con William O.
    Resta agradecerte de nuevo que nos compartas estos textos.

  • FERNANDO

    ES uD. PRO FARC, MARXISTA O SIMPLEMENTE TRAIDORA AL PÙEBLO COLOMBIANO.-

  • lucrecia

    Las contradicciones del gobierno Uribe en su discurso sobre las FARC son incontables y, si no le hicieran tanto daño al país, serían risibles. Demuestran, una y otra vez, la falta de sosten téorico y claridad política de la posición de este gobierno, impulsada como acertadamente indica Ospina por el odio, pero también por su apoyo incondicional a los intereses del narcotráfico paramilitar.

    Uribe no sólo ha logrado internacionalizar el conflicto. Sus inconsistencias no son pasadas por alto en el ámbito internacional y envían el mensaje de que este gobierno es capaz de cualquier cosa en su lucha contra las FARC, reforzando sus tratos con la ilegalidad y perdiendo legitimidad en el diálogo internacional. Y de paso, por la costumbre humana de ver las cosas en blanco y negro, posicionando políticamente a las FARC.

    El país, más que los colombianos que, en su mayoría, embrigados en ese mismo odio facilista apoyan sin restricciones cualquier actuación de este gobierno, está en una terrible encrucijada, estancado en observar la lucha de estos dos actores (uribismo y FARC), los dos sin proyecto político ni social, sin disposición a dialogar, prestos a cometer cualquier error y aun cualquier atrocidad, dejando para nunca los temas fundamentales que nos podrían sacar adelante como nación.

  • Carmen

    cada vez que leo artículos de personas que simpatizan con las farc siento una gran decepción, todos ustedes son cómplices de esos secuestradores y asesinos al demostrarles simpatía.

    que tristeza!!!

  • lucrecia

    Señora Carmen

    cuestionar las actuaciones del gobierno NO es simpatizar con las FARC y mucho menos ser cómplice de delitos tan atroces como el secuestro y el asesinato. Sus señalamientos son falsos y obedecen a una estrategia básica de todo gobierno militarista, totalitario y antidemocrático: juntar en el mismo costal de los enemigos publicos a las personas que tomamos actitudes críticas hacia el gobierno.

    Aplicando su misma lógica, puede usted explicar el silencio complice del gobierno Uribe ante el asesinato de cuatro representantes de victimas en las últimas semanas? O su mismo silencio ante la amenza de muerte por parte de las Aguilas Negras a 70 organizaciones de defensa de derechos humanos y victimas? O el silencio de toda una sociedad ante las cínicas e infames confesiones de los paramilitares que aceptan sin pudor que descuartizaban campesinos vivos con motosierra para entrenarse?
    Todos esto ha salido publicado en el TIEMPO, asi que no pueden decir que no lo sabían.

    La oposición democrática, pacifista y claramente opositora también a las FARC, no puede seguir siendo señalada en este país.

    Eso no sólo da tristeza, da verguenza.

  • Jules de Rais

    A manera de deriva crítica:
    Doctor? Fernando: le falto decir que soy todas las anteriores. Aunque lo habría igualmente decepcionado. Fíjese que con la polarización, que el Gobierno ha sabido imponer, rechazando las actitudes críticas que no comulgan, el militarismo aparece de nuevo en la política: o estas conmigo o estas contra mí – lógica en la que indudablemente merezco el epíteto de traidora. Pero, de donde viene esa concepción de la política? Un lector desprevenido como usted quizá atinaría a decir que es leninista pero la verdad es que su verdadero ideólogo, adorado por los neo-conservadores norte-americanos, es decir, la vanguardia de los republicanos, es Carl Schmitt, el único ideólogo consecuente del nacional-socialismo, del que el señor Jose Obdulio no es por supuesto más que un pobre remedo, etc.

    En cuanto al «pueblo»… por el no se preocupe que ese siempre ha comido mierda. Y disculpen los lectores lo mal hablada, pero es que o sino tampoco nos entendemos!!!

  • Pingback: Las ideas de William Ospina « Palabrería()


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Nada de lo colombiano ha sido ajeno en el trabajo de Constanza Vieira para la agencia de noticias IPS. Desde las cuatro décadas de guerra civil y la acción de sus múltiples bandos armados (guerrillas, ejército, paramilitares, narcos), pasando por el acuerdo humanitario que libere a rehenes y prisioneros, el drama de los desplazados y las comunidades indígenas, el ambiente, el proceso político legal, la relación con países vecinos, la cultura. Todo eso, y más, está presente en el blog personal de esta periodista que también trabajó para Deutschlandfunk, Deutsche Welle, Water Report del Financial Times, National Public Radio y la revista colombiana
Semana, entre otros medios.