Este blog es una iniciativa de la agencia de noticias IPS y de su corresponsal en Bogotá, Constanza Vieira.

Si es así, retiro mi firma del Referendo por el Agua

05 de mayo de 2009

El Referendo por el Agua, que yo firmé luego de leer con muchísima atención tanto su contenido como su redacción, fue alterado y mutilado de tal forma por la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, que no lo reconozco. Mi lector o lectora puede ver debajo toooodo lo que cambió.

El 29 de septiembre, la Registraduría Nacional del Estado Civil (organización electoral) acreditó 2’039.812 firmas válidas en respaldo al Referendo por el Agua, promovido por el Comité en Defensa del Agua y de la Vida, una reunión variopinta de ecologistas, indígenas, comunidades negras, organizaciones de usuarios, sindicalistas, campesinos, líderes sociales, vocales de control de los servicios públicos, académicos, estudiantes y ciudadanos del común.

El objetivo: prohibir, por constitución, la privatización del agua, y la depredación de ese recurso natural que constituye el principio de la vida en el atribulado planeta Tierra.

«El agua es un bien común y público», «El acceso al agua potable es un derecho humano fundamental», «El servicio de acueducto y alcantarillado será prestado en forma directa e indelegable por el Estado o por comunidades organizadas», «Se respetará una franja de protección de los ríos, cauces y humedales. Las aguas que discurren o se encuentren en territorios indígenas o en los territorios colectivos de las comunidades negras son parte integrante de los mismos. Se garantizará además el valor cultural del agua como elemento sagrado en la cosmovisión de los grupos étnicos», «Los ecosistemas esenciales para el ciclo del agua deben gozar de especial protección por parte del Estado y se destinarán prioritariamente para garantizar el funcionamiento de dicho ciclo», decía el texto del referendo firmado por más de dos millones.

El correspondiente proyecto de ley de iniciativa popular que convoca al referendo fue presentado al parlamento el 14 de octubre, a través del secretario general de la Cámara de Representantes. El trámite debía enfrentar cuatro debates, después de los cuales el parlamento debía expedir una ley convocando al referendo, al tiempo que la Registraduría debía definir una fecha para su realización.

Pero se atravesó el presidente Álvaro Uribe, fervoroso privatizador e interesado personalmente en que los textos de los referendos de origen popular que buscan reformar la Constitución puedan ser alterados por el parlamento.

Aunque ninguna norma lo dice ni explícita ni implícitamente, Uribe consideró que el parlamento sí puede «modular», es decir cambiar los textos ya firmados por la ciudadanía. Y así lo impuso a través de sus mayorías parlamentarias, mayorías que por cierto bordean la ilegitimidad, debido a los procesos por la «parapolítica».

Un afán de Uribe es que le ha ido mal con el movimiento ambientalista.

En alianza con otros sectores, sobre todo indígenas y negros, los ambientalistas le derrotaron su ecocida proyecto de Ley Forestal, lograron congelar su privatizadora Ley del Agua y su depredadora Ley de Páramos.

Por si fuera poco, a iniciativa de defensores de derechos humanos, en marzo le tumbaron por inconstitucional la Ley Rural, que buscaba desconocer la autonomía territorial de indígenas y comunidades negras y legitimar la apropiación violenta de millones de hectáreas de tierras de los desplazados.

Pero el principal afán de Uribe reside en que el referendo en torno a su propia reelección, que avanza también en el parlamento, quedó mal redactado y, si el texto no se «modula» en el parlamento, el actual presidente sólo podría presentarse a elecciones nuevamente en 2014 y no en 2010, como sería su ambición.

Escribe en su editorial del 24 de abril el diario conservador El Nuevo Siglo: «Los Referendos, al igual que los tratados internacionales, sólo pueden ser aprobados o improbados en su conjunto por el Congreso. Sería un galimatías que el pueblo, que es el directo jefe de los parlamentarios, quedara subyugado por sus subordinados.»

El Nuevo Siglo advierte que «incidir en el texto proveniente del pueblo es bordear el prevaricato», y habla de extralimitación de funciones. «No hay, pues, debate de ninguna índole al respecto: en la Constitución, ni en las leyes, el Congreso está autorizado para modificar los Referendos de iniciativa popular. Y como lo están haciendo a sabiendas de que no lo pueden hacer, se están enfrentando, evidentemente, a la posibilidad de ser denunciados ante la Corte Suprema de Justicia».

Si cambian tanto un texto que yo firmé, pues que le quiten mi firma. Si a pesar de todo sacan adelante ese nuevo texto espurio y convocan al referendo para aplicarse a sus inconfesables negocios que tienen previstos con el agua, pues el día de la votación me abstendré.

Escrito en : Desde Bogotá,El fin justifica los medios,El Planeta,El poder


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Nada de lo colombiano ha sido ajeno en el trabajo de Constanza Vieira para la agencia de noticias IPS. Desde las cuatro décadas de guerra civil y la acción de sus múltiples bandos armados (guerrillas, ejército, paramilitares, narcos), pasando por el acuerdo humanitario que libere a rehenes y prisioneros, el drama de los desplazados y las comunidades indígenas, el ambiente, el proceso político legal, la relación con países vecinos, la cultura. Todo eso, y más, está presente en el blog personal de esta periodista que también trabajó para Deutschlandfunk, Deutsche Welle, Water Report del Financial Times, National Public Radio y la revista colombiana
Semana, entre otros medios.