Este blog es una iniciativa de la agencia de noticias IPS y de su corresponsal en Bogotá, Constanza Vieira.

Vivisección de un comunicado de las Farc

10 de julio de 2007

Primero, el texto del comunicado del Comando Conjunto de Occidente, tal como aparece en el sitio web principal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Pero los periodistas que cubrimos la guerra colombiana sabemos que lo que diga el secretariado es terreno fijo. Todo lo demás, no necesariamente.

“10 de Julio de 2007

Sobre los diputados fallecidos:

1. Tenemos la decisión de entregar con celeridad, los despojos mortales de los diputados a sus familiares. La tardanza actual solo responde a la búsqueda de una organización intermediaria, que garantice objetividad en los trámites y exámenes que se adelanten.

2. Ninguna entidad estatal colombiana puede fungir como intermediaria ya que todas ellas tienen la perentoria orden acusatoria impartida por la presidencia.

3. La organización intermediaria deberá tomar atenta nota del área, del lugar, de los cuerpos y de la situación militar reinante a mediados del mes de junio donde paramilitares y unidades de la Fuerza Pública desarrollaron acciones conjuntas de gran dimensión, algunas de ellas conocidas públicamente y otras silenciadas para ocultar esa relación.

4. Fallamos en la misión de custodiar los prisioneros y llevarlos al canje, por más de 5 años de negativa del Gobierno pero continuaremos investigando que fuerza llevo a cabo el ataque al campamento hasta aclarar esta tragedia que solo sirvió para llevar luto a los hogares de los diputados y tender otra cortina de humo sobre los verdaderos alcances de la para-política en el Estado colombiano.

Comando Conjunto de Occidente FARC-EP

Montañas de Colombia, julio 5 de 2007”

Llama la atención que, nuevamente, no firma el secretariado de las FARC. Este máximo organismo rector de la guerrilla se ha mantenido al margen de cualquier comunicado en torno a la muerte de los 11 diputados del Valle del Cauca.

Los periodistas que cubrimos la guerra colombiana sabemos que lo que diga el secretariado es terreno fijo. Todo lo demás, no necesariamente.

Contiene un delicado reconocimiento: “fallamos en la misión”. Los civiles, que somos tan bruticos, quisiéramos saber qué pasa, dentro de una organización militar, cuando una de sus unidades falla en una misión, y así lo informa. ¿Renuncian a sus cargos los responsables? ¿Se someten a un consejo de guerra? En ese caso, ¿lo adelantaría el secretariado, y por eso se abstiene de expresarse públicamente?

Pero además, el comunicado parece reconocer que la política de Uribe, de no ceder, es la causa de que los responsables del Comando Conjunto de Occidente hayan fallado en la misión encomendada: “Fallamos en la misión… por más de cinco años de negativa del gobierno”.

O sea, que el canje es una política fracasada, mientras que la actitud cerrada de Uribe aparentemente ha resultado triunfante, al altísimo costo al que el presidente está habituado. Pero como esto no es un partido de fútbol, sino que hay vidas en juego, la goleada es para ambas partes.

Aunque el comunicado afirma que el gobierno oculta operativos conjuntos ejército-paramilitares realizados en la zona por los días de la matanza, cosa que uno no tiene por qué poner en duda, el Comando Conjunto de Occidente, 17 días después de los hechos, no sabe quién exactamente se le metió al rancho. Lo menos que se puede decir es: ¡Qué inseguridad!

El Comando Conjunto de Occidente de las Farc dice que la tragedia llevó «luto a los hogares de los diputados». Error: llevó luto a toda Colombia, y es probable que cualquier persona en el mundo que escuche de estos hechos se sentirá indignada y avergonzada de que algo así sea posible, lo que configura un crimen de lesa humanidad, con responsabilidad de las partes que hayan tenido que ver en ella.

Afirma el Comando Conjunto de Occidente que además la tragedia sirvió para «tender otra cortina de humo sobre los verdaderos alcances de la para-política en el Estado colombiano». Efectivamente, al presidente Uribe le queda muy fácil desviar totalmente la atención ordenando un rescate secreto de los rehenes civiles y de los prisioneros, del que se sabe tendrá una respuesta de autómatas, ejecutando a los rehenes. ¿Ese sólo hecho no amerita revisar la estrategia del canje, tomada por una decisión del Estado Mayor de las Farc?

El resto del comunicado habla por sí solo. Únicamente a una misión neutral les serán entregados los restos de los diputados, para que sus familias puedan hacer el duelo, pero también para que haga los respectivos exámenes forenses; y esta misión neutral debe tomar nota de la real situación militar en la zona “a mediados del mes de junio”.

Quedan pues descartadas del espectro de la neutralidad todas las instancias, incluida la OEA, que se hayan pronunciado condenando solamente a una de las partes. En boca cerrada no entran moscas, señor secretario general Insulza.

No sobraría que el Comando Conjunto de Occidente dé a conocer las bajas en sus filas por cuenta del «ataque al campamento», para poder atender la versión inicial, de que se trató de fuego cruzado y no de ejecuciones a sangre fría.

Y que alguien explique por qué, si se trató de un intento de rescate, la fuerza atacante esperó a que las Farc dieran la noticia.

Seis kilómetros tenía hoy la marcha de acompañantes del profesor Gustavo Moncayo, en peregrinación desde Sandoná, Nariño, hasta Bogotá, para exigir el intercambio humanitario y obtener la libertad de su hijo, militar en manos de las FARC. Nadie volvió a contar cuántas firmas por el intercambio humanitario se han recogido en el trayecto. Iban en un millón. Avivatos cobraban en la carretera diez mil pesos (US $5) a quien quisiera firmar, y vendían estampitas con la foto del profesor Moncayo, para contrariedad de su hija, que también lo acompaña.

Moncayo ha tenido cuidado de no atacar a ninguna de las partes. Tal vez le está dando una lección humanitaria a muchos, en vista de que hay vidas en juego.

Dado que firmas recogidas así no tienen efecto legal, ya andan por ahí proponiendo un plebiscito para obligar a Uribe a hacer el intercambio.

Juan Carlos Lecompte está tan atemorizado que cree que el plebiscito se pierde, y que será una condena a cadena perpetua para los secuestrados políticos.

Quizá sea el momento de que las FARC entreguen a Clara y a su hijo.

Sobre las condenas a Sonia y Trinidad en Estados Unidos, siempre queda la posibilidad de que un presidente de ese país firme un perdón para ambos, en el marco de una negociación de paz avanzada.

Ya está libre Rodrigo Granda, aún en contra de su voluntad, y en contra de la voluntad de Uribe. Pero es un hecho.

Hechos es lo que cubro yo, no palabras. Las palabras sirven sólo como referencia.

Escrito en : Acuerdo humanitario,Civiles en la mira,Desde Bogotá,El fin justifica los medios,La guerra y la paz


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Nada de lo colombiano ha sido ajeno en el trabajo de Constanza Vieira para la agencia de noticias IPS. Desde las cuatro décadas de guerra civil y la acción de sus múltiples bandos armados (guerrillas, ejército, paramilitares, narcos), pasando por el acuerdo humanitario que libere a rehenes y prisioneros, el drama de los desplazados y las comunidades indígenas, el ambiente, el proceso político legal, la relación con países vecinos, la cultura. Todo eso, y más, está presente en el blog personal de esta periodista que también trabajó para Deutschlandfunk, Deutsche Welle, Water Report del Financial Times, National Public Radio y la revista colombiana
Semana, entre otros medios.